M. Kat Anderson, Jeffrey Rosenthal
Journal of Ethnobiology 35 (1), 4-36, (1 March 2015) https://doi.org/10.2993/0278-0771-35.1.4
KEYWORDS: Indian burning, Chaparral, ethnobiology, fire, Native Americans, Sierra Nevada
Ethnographic interviews and historical literature reviews provide evidence that the nine ethno-linguistic groups inhabiting the foothill region of the western slope of the Sierra Nevada relied on a variety of plants and animals from chaparral communities to meet their material needs and deliberately burned the chaparral to maximize its ability to produce useful products. The reasons for burning in chaparral are grouped into six ecologically-based categories, each relying on a known response to fire of the chaparral flora, community, or landscape. The densities of people in the region were high, and villages needed large quantities of chaparral-derived materials with specific qualities to make many cultural objects. Because the majority of chaparral-occurring species used as cultural resources by Native groups required frequent fire in order to exist in sufficient quantity, or to be useful, fires caused by lightning strikes were likely insufficient to meet needs. The authors posit that tribes employed intentional burning to expand the availability, abundance, and diversity of plant materials necessary for foods, medicines, and critical technologies and that they collected plants and animals from across a mosaic of periodically burned chaparral stands at different stages of ecological succession. Overall the evidence suggests that the burning of chaparral, as a major strategy for economic intensification and extensification, altered the natural fire regimes of the foothills by expanding the burn season, shortening the fire-return interval in specific areas, and enhancing the abundance and density of species that suited specific cultural objectives.
Entrevistas etnográficas y estudios realizados en el tema proveen evidencias de que los nueve grupos etnolingüísticos que habitaban la región de las estribaciones de la ladera occidental de la Sierra Nevada dependían de una variedad de plantas y animales de las comunidades del chaparral para satisfacer sus necesidades materiales. A su vez, esos grupos quemaban el chaparral deliberadamente para maximizar la capacidad de producción de objetos útiles. Las razones por las cuales se llevaban a cabo las quemas en el chaparral han sido agrupadas en seis categorías de base ecológica; cada categoría se relaciona con una de las conocidas maneras en que la flora, la comunidad o el paisaje responden al fuego. La densidad de población de la región era alta y los pueblos necesitaban extraer del chaparral grandes cantidades de materiales con características específicas para poder producir muchos de los objetos culturales. Puesto que la mayor parte de las especies del chaparral usadas como recursos culturales por los grupos indígenas requería incendios frecuentes, ya sea para que hubiera suficiente cantidad de dichas especies o para que éstas pudieran ser útiles, la periodicidad de los incendios causados por tormentas eléctricas parece haber sido insuficiente.
Los autores proponen que las tribus empleaban la quema intencional para aumentar la disponibilidad, la cantidad y la diversidad de los materiales vegetales necesarios para producir alimentos, medicinas y tecnologías críticas. Asimismo, plantean que dichas tribus recolectaban plantas y animales de un mosaico de chaparrales, los cuales eran quemados periódicamente en distintas etapas de sucesión ecológica. En general, las evidencias sugieren que la quema del chaparral, como importante estrategia de intensificación y expansión económicas, alteró los regímenes naturales de fuego en las estribaciones de la sierra extendiendo la temporada de fuego, reduciendo los intervalos de fuego en determinadas áreas, e incrementando la cantidad y la densidad de las especies idóneas para alcanzar objetivos culturales específicos.