This article examines the question of how well the rangeland management profession has served conservation of patterns and processes that support multiple ecosystem services. We examine the paradigms under which rangeland management operates and argue that our profession developed under the utilitarian paradigm with the primary goals of sustainable forage for livestock production. While optimization of multiple rangeland products and services has always been a consideration, a comprehensive set of principles have not be been developed to advance this concept. We argue that fire and grazing, often viewed as mere tools used for production goals, should rather be viewed as essential ecosystem processes. Rangeland management continues to operate under the utilitarian paradigm appropriate to societal values of the 20th century and by and large has failed to provide management guidance to reverse degradation of several highly valued ecosystem services. We support this argument with evidence that biodiversity has declined on rangelands in the past half century and that much of this decline is due to management goals that favor a narrow suite of species. The full suite of ecosystem services valued by society will only benefit by management for heterogeneity, which implies that there is no one goal for management and that landscape-level planning is crucial. Explicitly incorporating heterogeneity into state-and-transition models is an important advancement not yet achieved by our profession. We present new principles for rangeland management formed on the basis of conservation of pattern and process. While recognizing that many rangelands have significant deviations from historic plant communities and disturbance regimes, we suggest that management for conservation of pattern and process should focus on fire and grazing to the extent possible to promote a shifting mosaic across large landscapes that include patches that are highly variable in the amount of disturbance rather than the current goal of uniform moderate disturbance.
Este artículo examina la pregunta de que tan bien los profesionales en manejo de pastizales han aplicado los patrones y procesos en la conservación de los servicios multiples que proveen los ecosistemas. Examinamos los paradigmas bajo los cuales opera el manejo de pastizales y discutimos el desarrollo de nuestra profesión bajo el paradigma utilitario con el principal objetivo de sustentabilidad forrajera para la producción de ganado. Mientras que la optimización de los múltiples productos y servicios de los pastizales han sido consideradas un paquete completo de principios no ha sido desarrollado para avanzar en este concepto. Discutimos que el fuego y el pastoreo a veces son vistos como simples herramientas usadas para objetivos de producción cuando deberían ser vistas como partes esenciales de los procesos del ecosistema. El manejo de pastizales continúa operando bajo el paradigma utilitario típico de los valores sociales del siglo XX y por mucho ha fallado en proveer directrices de manejo para revertir la degradación de varios servicios valiosos de los ecosistemas. Apoyamos este argumento con evidencia de que la biodiversidad ha decaído en los pastizales en la mitad del siglo pasado y mucho de esta disminución se debe a los objetivos de manejo que favorecen a un reducido número de especies. El juego completo de servicios valuados por la sociedad solo beneficiara con el manejo por heterogeneidad el cual implica que no hay un objetivo para el manejo y que la planeación a nivel paisaje es crucial. Incorporando de manera explícita modelos de estado y transición es un avance importante que no ha sido logrado por nuestra profesión. Presentamos nuevos principios para el manejo de pastizales desarrollados en base a procesos y patrones de conservación. Mientras reconozcamos que muchos pastizales tienen desviaciones significativas de históricas comunidades de plantas y regí