Chromatic aberrations, such as Leucism, are increasingly documented in birds, yet their causes and implications remain poorly understood. In Costa Rica, recent studies have reported multiple cases of pigmentary abnormalities, including Leucism, Progressive Greying, and other mutations, highlighting challenges in accurate diagnosis and classification. We document the first recorded case of partial Leucism in a Yellow-crowned Euphonia (Euphonia luteicapilla), observed in a semi-urban area of Costa Rica. The Yellow-crowned Euphonia is endemic to Central America. This bird displayed white patches on its wings, consistent with partial Leucism, a pigmentary abnormality often linked to genetic mutations. Leucism in birds is typically associated with congenital absence of melanin-producing cells. However, the exact cause of the aberration reported here remains unclear. The rise in reported cases may reflect either increased environmental stressors or improved documentation. This finding contributes to a growing body of knowledge on chromatic aberrations in birds, which may serve as indicators of environmental disturbances. Further documentation of such cases will help refine our understanding of these phenomena.
Las aberraciones cromáticas, como el leucismo, son cada vez más documentadas en aves, aunque sus causas e implicaciones siguen siendo poco comprendidas. En Costa Rica, estudios recientes han reportado múltiples casos de anomalías pigmentarias, incluidas leucismo, encanecimiento progresivo y otras mutaciones, lo que resalta los desafíos en su diagnóstico y clasificación precisa. Aquí documentamos el primer caso registrado de leucismo parcial en una monjita (Euphonia luteicapilla), observado en una zona semiurbana de Costa Rica. Esta especie es endémica de Centroamérica. El individuo presentaba manchas blancas en las alas, consistentes con leucismo parcial, una anomalía pigmentaria frecuentemente asociada a mutaciones genéticas. El leucismo en aves se relaciona típicamente con la ausencia congénita de células productoras de melanina. Sin embargo, la causa exacta de la aberración en este caso sigue sin determinarse. El aumento en los reportes podría reflejar mayor estrés ambiental o una mejora en la documentación. Este hallazgo contribuye al creciente conocimiento sobre las aberraciones cromáticas en aves, las cuales podrían servir como indicadores de disturbios ambientales. La documentación continua de estos casos ayudará a profundizar nuestro entendimiento de estos fenómenos.