Light and noise often act as pollutants, but can also be used as tools for managing wildlife (e.g., sensory deterrents). Given that raptors are among the most threatened groups of birds, we expected there to be a moderate amount of applied research on their sensory ecology. We searched Web of Science and Google Scholar to quantify and classify the research that has been conducted on the applied sensory ecology of raptors. Of 32 studies assessing the effects of sensory pollution on raptors, we found that 10 studies examined effects of light pollution and 24 studies examined effects of noise pollution. Most of the studies regarding sensory pollution were of owls (21 studies). The United States was the site of the most noise pollution studies (seven studies) whereas Spain and Poland (two studies each) were sites of the most studies of light pollution. We found only seven studies that directly collected data regarding sensory deterrents. With so few studies examining applied aspects of the sensory ecology of raptors, we argue that effects of sensory pollution are poorly understood and the efficacy of sensory deterrents is largely unknown. Light and noise pollution are spreading across much of the globe. Applied research on the sensory ecology of raptors must be made a priority if wildlife managers are to conserve this imperiled group of birds.
La luz y el ruido a menudo actúan como contaminantes, pero también se pueden usar como herramientas para manejar la fauna salvaje (e.g., disuasores sensoriales). Dado que las rapaces se encuentran entre los grupos de aves más amenazados, esperábamos que hubiera una cantidad moderada de investigación aplicada sobre su ecología sensorial. Realizamos búsquedas en Web of Science y Google Académico para cuantificar y clasificar la investigación que se ha realizado sobre la ecología sensorial aplicada de las rapaces. De 32 estudios que evaluaron los efectos de la contaminación sensorial en las rapaces, encontramos que 10 estudios examinaron los efectos de la contaminación lumínica y 24 estudios examinaron los efectos de la contaminación sonora. La mayoría de los estudios sobre contaminación sensorial fueron de búhos (21 estudios). Estados Unidos fue el sitio con la mayor cantidad de estudios de contaminación sonora (siete estudios), mientras que España y Polonia (dos estudios cada uno) fueron los países con la mayor cantidad de estudios de contaminación lumínica. Solo encontramos siete estudios que tomaron datos directamente con respecto a los disuasores sensoriales. Con tan pocos estudios que examinan los aspectos aplicados de la ecología sensorial de las rapaces, argumentamos que los efectos de la contaminación sensorial son poco conocidos y que se desconoce en gran medida la eficacia de los disuasores sensoriales. La contaminación lumínica y sonora se está extendiendo por gran parte del mundo. La investigación aplicada sobre la ecología sensorial de las rapaces debe ser una prioridad si los gestores de fauna silvestre quieren conservar este grupo de aves en peligro.
[Traducción del equipo editorial]